La Inmaculada- Jesuitinas Bilbao
Ya son casi 80 años los que llevamos en Bilbao. Comenzamos nuestra andadura en Octubre de 1938. Se instaló el Colegio en el Palacio de los Condes de Heredia Espínola, llamado vulgarmente “Villa Mena”, situado en la Plaza de Zabalburu. Se hizo una oferta educativa acorde con las necesidades de Bilbao en ese momento. Cambios educativos se fueron sucediendo y con ellos fue incrementándose el alumnado, por entonces sólo femenino: Bachillerato del plan del 38 (ingreso, siete años y reválida en la Universidad de Valladolid), Magisterio y Peritaje Mercantil más tarde, y cultura general… fueron las primeras respuestas. Muy pronto, en muy pocos años, en el colegio hubo hasta 200 alumnas.
También pasamos por un cambio de ubicación. En los años 60, con la afluencia de familias procedentes de otros lugares de España, se produjo un incremento de alumnado que hizo necesario alquilar algunos pisos cercanos al colegio para instalar allí provisionalmente las aulas mientras se iba construyendo el nuevo edificio, situado en la ladera de Artxanda, ubicación actual. El cambio a este lugar se produjo en 1966.
Posteriormente, los cambios han ido traduciéndose en nuevos planes de estudios, la educación mixta, los modelos lingüísticos, el ciclo 0-3 años, las TIC, el plurilingüismo… y ahora un importante cambio metodológico en las aulas con el paradigma de las Inteligencias Múltiples y la Cultura de Pensamiento.
Otro eje ha sido la dimensión cristiana. Proporcionando al alumnado experiencias que les ayudasen a crecer como personas de forma integrada. Un rasgo importante de esta dimensión ha sido siempre el compromiso como horizonte vital.
La educación cristiana, los valores evangélicos vividos con sencillez, connaturalmente, se intensificaban en tiempos fuertes como: la novena de la Inmaculada, mes de Mayo, las grutas en el parque los domingos misionales, los ejercicios adaptados a las distintas edades... son algunas de las expresiones de aquel tiempo.
Posteriormente, se ha ido traduciendo todo esto en nuevas expresiones: las convivencias, las celebraciones de la fe, la oración de la mañana, las campañas de solidaridad, el voluntariado, el proyecto de desarrollo de la interioridad – HARA-…
Los valores experimentados en el día a día, como la convivencia positiva, la alegría, el trato cercano y sencillo en el seno de la comunidad educativa, han puesto de manifiesto esta clave, que nos implica y compromete a todos.
La calidad y la innovación han sido otros ejes vertebradores presentes desde el principio. El trabajo por la preparación excelente del alumnado puesta de manifiesto en los exámenes de grado de los primeros años, la búsqueda del mejor desarrollo de sus competencias, la formación continua del profesorado… han sido constantes en nuestra historia.
Fruto de esta búsqueda de la mejora contínua nuestros avances en gestión según el modelo EFQM, la obtención de la Q de plata, que nos han ido conduciendo en un proceso hacia la excelencia. La apuesta por la innovación se ha materializando en el paradigma de las Inteligencias Múltiples, las metodologías interactivas, el trabajo cooperativo y la cultura de pensamiento.
Nuestro reto sigue siendo preparar al alumnado del siglo XXI. Alumnado competente que desarrolle sus potencialidades al máximo. El eje es la educación integral, “educar la entera persona” en las claves de un proyecto educativo cristiano.